¿Te gustaría conocer una oración para alejar el mal? El mal te está asechando, usa tu mejor arma en contra de las fuerzas malignas, Dios tu mejor aliado te ayudará, conéctate con él con esta oración milagrosa.
¿En qué se consiste esta oración?
Cuando hacemos una oración de protección
para alejar el mal de nuestras vidas, estamos protegiendo nuestra alma, espíritu, la mente y cuerpo. Solo con unas breves palabras puedes expulsar de ti todo demonio que te atormente con su presencia, esas maldiciones que están irrumpiendo tu vida, los hechizos de brujería y santería entre otras la que entran con la intención de dañar tu vida.
Si haces esta oración con fe evitarás que regresen a ti, y los alejándolos definitivamente, enviándolos al lugar de donde salieron a molestarte. Si deseas con anhelo tener paz mediante esta oración podrás obtenerla totalmente. La siguiente oración tiene el poder para liberarte de todo mal, hazla con fe y verás los resultados.
Oración para alejar el mal
Espíritu de nuestro Señor Jesucristo, Espíritu de nuestro creador Dios, nuestro Padre, Hijo y Espíritu Santo, Nuestra Virgen Inmaculada, La Santísima Trinidad, Ángeles y Arcángeles y demás Santos del Cielo, les pido que guíen su luz hacia mí.
Contrólame mi Señor, unifícame, moldéame y entra en mí, saca de mi alma toda maldad, tanto las que poseo, como las que me persiguen, consume con tu fuego poderoso toda iniquidad para que mi alma quede en paz y pueda inculcarla a mis seres queridos.
Limpia de mi los hechizos y maldiciones, el mal de ojo, la magia negativa, los amarres y maleficios, vicio y contagio diabólico, todos los pecados de celosa, arrogancia, envidia, enfermedades mentales, físicas morales y en particular lo diabólico.
Que todas estas maldades queden expulsadas al fuego del infierno para que no puedan regresar a tocarme. Anhelo de todo corazón en el Nombre de Dios Creador, nuestro libertador de pecados que todos los demonios que estén habitando en mi se vayan, y que se aleje inmediatamente de mí que me abandonen y no regresen nunca más
Serán atados y pisados, maltratos y escupidos en manos del arcángel San Miguel, San Gabriel y San Rafael, y pisoteados por el talón de nuestra Virgen Santísima Inmaculada.
Amén